Este post fue publicado en los blogs de Genética Design Management y DIDA en marzo de 2015
Ocurre muchas veces que durante el desarrollo de un nuevo producto, innovador, la falta de recursos supone un escollo importante para sacar el proyecto adelante y llega un día en que te encuentras con que una empresa grande saca exactamente lo mismo en lo que estabas trabajando y te quedas con esa cara mezcla de orgullo por haber “competido” con un grande y de tonto por haberte quedado en la orilla.
Esta es la historia de nuestro Go ‘n Grow, nuestra última experiencia de este tipo.
Todo parte del planteamiento que nos hace uno de nuestros clientes, que buscaban desarrollar un producto innovador para vender su propia marca de tierra mejorando la experiencia de cultivo en los hogares.
Como en todo proyecto lo primero era conocer la situación actual, sobretodo viendo como los usuarios se desenvolvían en sus tareas diarias en torno a la actividad de cultivar.
Vimos claro la engorrosa experiencia de comprar un saco del 50L de tierra, cargarlo hasta el coche, subirlo a casa, abrirlo, desparramar una parte, llenar las macetas, desparramar otra parte, poner las plantas, completar su ciclo de vida, tirar la tierra en bolsa de basura, desparramar una parte, y limpiar todo lo desparramado.
Algo había que hacer para mejorar este proceso, sobre todo en temas de ergonomía y limpieza, puntos claves en la merma de la experiencia de usuario.
Una vez teníamos la necesidad a satisfacer identificada, y antes de ponernos a diseñar soluciones, siempre viene bien ver que cosas existen ya en el mundo que puedan servir de inspiración para resolver nuestro caso, y el ejemplo más obvio fue Nespresso y sus cápsulas de café, que cumplen una doble función: comodidad y limpieza para el usuario más atar a los clientes a la marca, para el empresario.
El objetivo era claro, diseñar un producto inspirado en las cápsulas Nespresso que mejore la experiencia del cultivador urbano cuando compra tierra en la tienda de nuestro cliente. Además se planteó la opción de que fuese trasparente, para que los niños, y cualquiera, pudiese ver el desarrollo radicular de una planta y ayudar en su formación.
Como en todo proceso de desarrollo de producto se llevan a cabo múltiples bocetos plasmando diferentes ideas, algunos de estos se traducen en prototipos rápidos y posteriormente una fase de diseño de detalle para dejar el producto completamente perfilado.
Y tras esto llegan los problemas cuando eres pequeño y careces de recursos, sobre todo con nuestro tejido industrial.
En primera instancia pensábamos en hacerlo de turba prensada, como los jiffys, y que al echarle agua ocupase el volumen de la maceta, pero la tecnología necesaria no está al alcance de cualquiera, viendo que no abundan las empresas que vendan ese tipo de productos, así que tiramos hacia la tierra tradicional en una primera versión y ya daríamos ese paso más adelante.
Visitas a productores y fabricantes volviendo con las recurrentes respuestas:
– Mira es que mi maquina solo pega plástico negro, el trasparente no puedo hacerlo.
– Buf, si podría hacerse pero…
– No, lo siento, es que tengo las máquinas programadas para cortar en recto, aplicarle ese ángulo que necesitas nos llevaría un par de horas y claro, cuantos miles dices que hay que hacer?.
– Ah, muy bonita la idea, pero no me interesa, me va bien vendiendo los sacos de toda la vida…
Y en estas estábamos, intentando plantear alguna solución con la que esquivar este escollo cuando nos encontramos esto en el catálogo del Lidl:
Como podéis ver esta gente de Lidl son unos auténticos Cracks, jeje, tierra prensada, transparente, usar y tirar, lo tiene casi todo…
Herramientas y tecnologías:
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